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Pensar en grande, las claves para ser emprendedor hoy

Hacer algo de gran envergadura es más sencillo que algo pequeño. Con un emprendimiento grande, se podrán atraer más talentos y mejores resultados.

Al momento de concebir el emprendimiento, debemos entender que todo será empírico. Si bien puede que requiera de poco dinero, hay que avanzar rápidamente con un prototipo de lo que fuera que se vaya a desarrollar, y validar empíricamente con consumidores reales. De esta forma, se podrá analizar cómo interactúan, si lo aceptan o rechazan, tomar la respuesta de ellos para ir adaptando ese modelo inicial a medida hasta alcanzar el producto ideal, al cual siempre habrá que ir mejorando, agregando o modificando para hacerlo único en su rubro.

Un factor clave que también hay que tener en cuenta es que emprender debe ser divertido. No disfrutar el proceso, o ver el potencial de crecimiento que puede tener el emprendimiento, da como resultado el fracaso garantizado, porque si no gusta lo que se está haciendo, si no lo sentís, si no estás enamorado de la idea, del negocio en sí, será muy difícil llegar a buen puerto. Por otra parte, es importante aceptar las respuestas reactivas o críticas, con el objetivo de mejorarlo; el concepto de una empresa es algo que muta y que, en una misma línea, hay que ir actualizando todo el tiempo.

El entusiasmo por generar un negocio que otorgue beneficios debe ser continuo y no verse disminuido por los eventuales obstáculos que puedan aparecer. De hecho, es muy difícil ser exitoso con lo primero que se haga, con la primera idea, con el primer prototipo o con el primer lanzamiento. Si años después de ese primer producto se lo analiza en retrospectiva y genera cierta vergüenza o resistencia porque sigue en el mismo lugar, entonces es que algo no se hizo de la forma adecuada y debe recalcularse. Hay que tener en cuenta que son muy pocas las personas que triunfaron con su primer emprendimiento; en el mundo, los emprendedores que triunfan son los que se caen, se levantan con una sonrisa y vuelven al ruedo. La perseverancia es un valor fundamental para ser emprendedor.

Nadie quiere poner su dinero en algo que no funcionará, por eso, cuando no hay antecedentes exitosos, hay dos opciones: aliarse con un emprendedor con experiencia previa, o lanzarse a los primeros prototipos, las primeras inversiones, a través de ahorros, inversores de familiares o amigos que crean en uno y en el proyecto.

Es indispensable pensar siempre en grande, porque hacer algo de gran envergadura es más sencillo que algo pequeño. Con un emprendimiento grande, se podrán atraer más talentos, lo cual dará mejores resultados, agrandará el negocio y el círculo se irá expandiendo cada vez más. Será menos complejo conseguir inversores, clientes, consumidores; cruzar fronteras e ir haciendo efectiva la expansión, la formalización, y el posicionamiento en el mercado en el que se desee estar.

En los primeros años, hay que ir aprendiendo y adaptándose a las distintas etapas del emprendimiento: desde aquellas iniciales, en las que se pondrá en juego la versatilidad para adaptarse a los mercados, a las necesidades que surgen, hasta aquellas más complejas, que consisten en la estandarización, si lo que se busca efectivamente es tener un crecimiento masivo. Lo ideal es respetar los tiempos de cada etapa.

Por último, es clave saber con quién asociarse. Para delinear un gran equipo, con diferentes especialidades y áreas, es central encontrar personas con características complementarias. El equilibrio humano es casi tan importante como la organización financiera de la empresa.

Y luego están los recursos humanos, que será el mayor capital del emprendimiento. En este caso, el objetivo pasa por elegir correctamente a los integrantes del equipo, que valoren el negocio de una forma única y que se pongan la camiseta de la marca desde el primer día. Hay siempre dos caras del emprendimiento que se deben tener en cuenta: puertas hacia fuera, hay que vender la marca y al producto como lo mejor; en cambio, puertas para adentro, se debe hacer autocrítica constante para acercarse a ser el mejor.


(*) El autor es CEO Regional de Colegium, compañía EdTech de plataformas para la gestión escolar.




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